Redacción.- José María Cabral, uno de los cineastas más visionarios de la República Dominicana, vuelve a capturar la esencia cruda de su tierra natal con su nuevo documental, “42nd Street”, que se estrena en SXSW 2025.
Reconocido por su enfoque narrativo en películas como Carpinteros y Perejil, Cabral ahora se adentra en un rincón electrizante y caótico de Santo Domingo, específicamente en La 42, un tramo de 600 metros de la capital dominicana donde se entrelazan arte, lucha y supervivencia.
En 42nd Street, Cabral explora el vibrante y muchas veces marginado mundo de la cultura urbana dominicana, capturando la vida de los bailarines, artistas y soñadores que hacen de este espacio una de las zonas más representativas y complejas del país. A través de su lente, el público es invitado a sentir la energía, belleza y luchas de una comunidad que enfrenta tanto la represión policial como un sistema que se resiste a reconocer sus voces.
El documental sigue a figuras como Demetal, Natasha y Maco, quienes lideran una rebelión cultural en medio de la adversidad. La película no solo ofrece un vistazo a las dificultades, sino que también destaca la creatividad como un acto de resistencia.
En una entrevista realizada a Cabral en Pop Culturalist, el director reflexiona sobre su proceso de creación, la importancia de la autenticidad en la narración documental, y por qué 42nd Street es una historia que debía ser contada.
Al preguntarle sobre cuál fue su inspiración para centrarse en La 42, José María Cabral indicó lo siguiente: ”Mi proceso siempre comienza con la investigación, pero más allá de eso, me tomé el tiempo para estar allí, para vivir el día a día. Me quedé en la casa de Demetal durante meses y fue cuando realmente empecé a entender lo que significaba despertar allí. Vi los desafíos, pero también los momentos de pura creatividad. Sabía que había algo especial en ese lugar. Si bien la narrativa común sobre La 42 se enfoca en la violencia, lo que descubrí fue una comunidad resiliente que usa el arte como una forma de resistencia. Fue eso lo que me motivó a contar su historia”.
Asimismo, declaró que, durante su primer mes en la localidad, grabó un documental en solitario porque, “quería experimentar el lugar por mí mismo antes de trabajar con el equipo. Eso me permitió tener una idea de lo que quería capturar, pero lo más revelador fue darme cuenta de que hay muchas más capas de La 42 que la violencia o las fiestas. Me di cuenta de que quería enfocarme en los artistas anónimos que viven allí todos los días y que luchan por su espacio en un sistema que no los reconoce. Esta fue la historia que vi y la que quería contar”.
Aseguró que, aunque hay artistas nativos de La 42, su centro fueron las personas que pasan el día a día ahí: “Pasé meses allí y, aunque muchos artistas conocidos han pasado por La 42, mi enfoque estaba en las personas que están allí todos los días. Encontré figuras como Natasha, una bailarina cuya historia personal y profesional me cautivó, y Maco, un artista cuyo talento y humildad me sorprendieron. Fue una cuestión de intuición. Conocerlos de manera genuina, sin buscar respuestas rápidas, me permitió entender mejor la comunidad. Esa fue la clave para contar su historia con autenticidad”.
Cabral espera que el público se sienta identificado y, sobre todo, que comprenda que este es un lugar lleno de historias de resistencia y creatividad. “Mi sueño es proyectar esta película en La 42, en la misma comunidad que la inspiró, para que vean su propia historia reflejada en la pantalla. No se trata solo de un relato sobre la adversidad, sino sobre cómo el arte y la comunidad pueden ser un acto de poder frente a la opresión”, resaltó el cineasta.
En 42nd Street, José María Cabral ofrece una ventana única hacia un mundo de resistencia, arte y supervivencia. A través de su lente, el cineasta no solo cuenta la historia de La 42, sino que invita a sentir la vibrante humanidad de su gente, cuya lucha y creatividad no conocen límites.
Con información de Noticias SIN