La Basílica de San Pedro es uno de los edificios más bellos de Roma y el símbolo más importante de la Santa Sede. Cada año son visitados por millones de peregrinos y turistas que quieren ver esta perla de la arquitectura y las obras de arte que se encuentran en ella. Aquí hay algunos datos interesantes al respecto.
1. La Basílica de San Pedro es una de las iglesias más grandes del mundo. En su interior pueden caber hasta 60.000 personas.
2. La primera iglesia en este lugar fue construida en el siglo IV por el emperador Constantino. No era un lugar al azar, era aquí donde San Pedro iba a ser enterrado. La basílica tal como la conocemos hoy fue construida solo en la época del Renacimiento.
3. En las Grutas Vaticanas hay tumbas de más de 200 papas. Hace unos años, la tumba de Juan Pablo II fue trasladada a la nave lateral de la basílica.
4. La cúpula principal de la basílica fue diseñada y realizada por Miguel Ángel, uno de los artistas más importantes del Renacimiento y de todos los tiempos.
5. El dosel de bronce, que se encuentra sobre el altar de San Pedro, fue hecho en colaboración con Bernini y Borromini. El bronce necesario para hacerlo proviene del Panteón romano.
6. Dentro de la basílica hay numerosas obras que a primera vista se asemejan a pinturas. En realidad, sin embargo, todos ellos son mosaicos.
7. En la basílica se encuentra la famosa Piedad Vaticana, que es una de las esculturas más populares de Miguel Ángel. Fue hecho en los años 1498-1500 a petición de un cardenal francés.
8. Cuatro pares de puertas conducen a la basílica: las Puertas de la Muerte, las Puertas del Bien y del Mal, las Puertas de Bronce, las Puertas Santas y las Puertas de los Sacramentos. También hay un pasaje entre la basílica y la Capilla Sixtina, pero no está abierto a turistas individuales.
9. En la cúpula de la basílica hay una plataforma de observación desde la que hay una vista impresionante de toda la Santa Sede y parte de Roma. Las escaleras altas conducen a él, pero el panorama vale la pena subir.
10. La mayoría de los materiales utilizados en la construcción de la basílica actual procedían del Coliseo y de la demolición de los antiguos templos del Foro Romano, que en el Renacimiento se consideraba la basura de Roma.