Como resultado del llamado «hackeo», un hombre, probablemente cristiano, perdió su propio dinero, así como el dinero de varios inversores que lo habían transferido para esta operación en actividades comerciales y de inversión de grandes cantidades de dinero.
El hombre, que vive en la provincia de Azua, está bajo escrutinio público luego de múltiples denuncias que lo acusan de ser un estafador y de perder casi 300.000 dólares.
Según la denuncia, el demandante depositó dinero en la plataforma de la que era responsable el joven. El hombre, que se identificó como Luis Miguel Beltré Jiménez, ahora dice haber recibido amenazas a raíz de las acusaciones en su contra.
En un vídeo compartido públicamente, Beltré Jiménez afirmó que su plataforma comercial había sido pirateada. Sin embargo, dijo que estaba dispuesto a aceptar las consecuencias de lo sucedido.
La estrategia del «distribuidor» ya estaba operativa el año pasado y pagaba a sus socios el 30% de las inversiones acordadas mediante cartas de compromiso hasta el presunto hackeo, según algunos de los afectados.
