Toledo es una ciudad en el centro de España, situada a unos setenta kilómetros de Madrid. Hasta la segunda mitad del siglo XVI, la ciudad fue la capital del Reino de Castilla, y sus orígenes se remontan al siglo II a.C., cuando aquí se estableció el primer asentamiento de los íberos, y luego el asentamiento romano, Toletum.
Debido a su rica historia y magnífica arquitectura, que representa estilos arquitectónicos de moda en épocas posteriores, Toledo es considerada una de las joyas más bellas del arte arquitectónico español. No faltan museos, galerías, parques, monumentos y otras atracciones que hacen que la ciudad sea visitada por millones de turistas de todo el mundo cada año.
¿En qué vale la pena pasar tiempo en el fabuloso Toledo? A continuación se presentan algunas de las mejores sugerencias:
1. Casco antiguo en Toledo
Toledo es una ciudad donde merece la pena dedicar más tiempo a dedicar al menos unas horas a caminar sin plan, prisas y obligaciones. El casco histórico en una colina sobre el río Tajo encanta con un ambiente donde se puede sentir la cultura, la tradición y la historia española.
Todo estaba en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO por una razón. Mientras caminas por las estrechas calles de Toledo, puedes observar magníficos edificios sagrados y seculares que corresponden a las tendencias europeas en años específicos. Sin embargo, se han filtrado a través de la estética de los españoles, creando un paisaje completamente único.
En el casco antiguo también hay muchos pubs y restaurantes con encanto, donde puede detenerse para una deliciosa cena al estilo mediterráneo o almorzar en forma de varias tapas.
2. Alcázar
Uno de los monumentos más importantes de la ciudad es el Alcázar, que es una fortificación de piedra situada en la parte más alta de Toledo. Ya en el siglo III, el lugar era un palacio romano, y su nombre actual proviene del árabe, en el que significa fortaleza o castillo. Durante muchos siglos, el Alcázar fue la sede de reyes y autoridades locales.
La leyenda de este lugar como el mayor símbolo de Toledo también creció. Durante la sangrienta Guerra Civil Española, que tuvo lugar de 1936 a 1939, tuvo lugar una batalla popular en la fortaleza entre los soldados que apoyaban a la República Española y los soldados que apoyaban al general Franco. Actualmente, hay un museo dedicado a los militares en el territorio de la fortaleza.
Este lugar es una visita obligada para todos los visitantes de la antigua capital del Reino, pero atraerá principalmente a los amantes de lo militar y la historia.
3. Puente de Alcántara
Un monumento formado por elementos que representan hasta tres épocas. El puente en sí se remonta a la época romana, en su extremo hay una torre construida en la Edad Media, y la guinda del pastel es el arco triunfal barroco.
En otra parte de la ciudad también hay un magnífico puente medieval, el Puente de San Martín, y casi todo Toledo está rodeado por las murallas originales de la ciudad y las puertas de entrada perfectamente conservadas.
El más antiguo de ellos data del siglo X. Es difícil no estar de acuerdo con el hecho de que Toledo es un lugar donde la historia se entrelaza con éxito con el presente, creando una atmósfera completamente única.
4. Catedral de la Santísima Virgen María de Toledo
La Catedral de la Santísima Virgen María es un lugar que vale la pena visitar independientemente de las vistas religiosas. Aunque atrae a un gran número de peregrinos, son igualados por turistas que simplemente quieren ver por sí mismos su belleza. Se le llama uno de los ejemplos más importantes del arte sacro gótico en toda España.
Ya en el siglo VI había una iglesia en este lugar, que tras las conquistas árabes se convirtió en mezquita. Sin embargo, la catedral, tal como la conocemos hoy, fue construida sobre sus cimientos solo a finales de los siglos XIII y XIV. Las decoraciones increíblemente detalladas de la puerta y la fachada deleitan con una gran cantidad de esculturas, bajorrelieves y estuco. El interior del templo se puede visitar con una audioguía, gracias a la cual los turistas aprenden no solo la historia de este lugar, sino también las leyendas asociadas con él.
Es aquí donde se encuentra la piedra sobre la que se suponía que María debía estar cuando se apareció al obispo.
5. Museo del Greco en Toledo
El Museo del Greco es un lugar dedicado al popular maestro, El Greco. Este pintor nació en Creta y se creó a finales de los siglos XVI y XVII, siendo uno de los principales representantes del manierismo en Europa. Más tarde, su obra fue olvidada durante siglos, por lo que su popularidad póstuma pudo explotar con fuerza multiplicada en el siglo XX.
Fue en el siglo anterior que los investigadores e historiadores del arte se ocuparon del análisis de la obra del maestro de Creta. Aunque las obras más populares del artista se encuentran en el Museo del Prado de Madrid, aquí se pueden ver las grandes obras del artista, así como conocer su vida y las obras de otros pintores españoles del siglo XVII.
6. Sinagoga El Tránsito en Toledo
La Sinagoga El Tránsito es el templo judío más famoso de toda la ciudad. Fue construido en la segunda mitad del siglo XIV como resultado de las acciones de Samuel Levi. Representa el estilo mudéjar, que es una mezcla ecléctica de elementos islámicos y cristianos. Actualmente, el museo alberga el Museo Sefardí, que introduce a los visitantes en la historia de los judíos de la Península Ibérica y su cultura.
7. Santa María la Blanca
A su vez, la sinagoga de Santa María la Blanca de Toledo es el edificio de este tipo más antiguo de toda Europa. Fue construido a finales de los siglos XII y XIII en el citado estilo mudéjar. Su nombre hace referencia al color blanco de las paredes.
En su interior, se ha conservado un retablo de altar del siglo XVI hasta nuestros días. El lugar sorprende con elegancia y un poco de estilo exótico. Sin duda, atraerá a aquellos que pueden admirar soluciones arquitectónicas inusuales durante horas y son sensibles al arte en el que resuena una pieza de historia.