El reciente episodio de granizo gigante en Guangxi, China, ha generado preocupación y sorpresa entre los residentes locales. Con velocidades de hasta 160 km/h, los granizos del tamaño de un puño han dejado un rastro de destrucción a su paso.
Los informes indican que la granizada extrema ha causado daños significativos en techos, ventanas y áreas agrícolas, incluso provocando la lamentable muerte de algunos animales que se encontraba en un campo debido a los impactos de los granizos descomunales.
Este evento extremo resalta el creciente peligro que representan los granizos en todo el mundo, especialmente en el contexto del calentamiento global.
A medida que el calentamiento del mar y la atmósfera continúa, los granizos tienden a aumentar de tamaño y frecuencia, representando una amenaza cada vez mayor para la humanidad y sus propiedades.
Los granizos que superan los 20 centímetros de diámetro en ciertas condiciones climáticas son un fenómeno alarmante que puede causar daños catastróficos y poner en riesgo la seguridad de las personas y los bienes materiales.
Este evento extremo en Guangxi es un recordatorio urgente de la necesidad de tomar medidas para abordar el cambio climático y mitigar sus impactos, así como de fortalecer la preparación y la resiliencia de las comunidades ante fenómenos meteorológicos cada vez más intensos y destructivos.
