En varias zonas de Dahab, se observó a ciudadanos haitianos extrayendo grandes cantidades de arena del río Masacre, a pesar de los esfuerzos en curso para redirigir el flujo del río mediante la construcción no autorizada de un canal en Juana Méndez.
A través de información que ha circulado determinaron que en lugares como La Salle y Los Catones, individuos de países vecinos se acercan a los ríos cargando contenedores para recolectar arena. Luego apilaron el material en montículos cercanos y lo cargaron en vehículos de transporte para sacarlo de la zona.
Esta actividad ha tenido un impacto significativo en los ríos asociados y su entorno ecológico. Está afectando la biodiversidad, cambiando la calidad del agua, alterando los niveles freáticos y cambiando los paisajes.
Sin embargo, la inestabilidad política y social de Haití, sumada a la crisis y la falta de seguridad del país, dificultan la intervención y acción de las autoridades ambientales responsables de proteger el río.
La extracción incontrolada de arena sin tener en cuenta las consecuencias ambientales es un problema creciente en muchas áreas y requiere atención urgente para proteger nuestros recursos naturales y el equilibrio ecológico.