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El compañero de entrenamiento ideal

¿Existe un compañero de entrenamiento ideal para nuestra rutina de ejercicios? Por supuesto que vas a dar un paseo o trotar. Y nunca te preguntarás si tu compañero de entrenamiento te está frenando.

Puede parecer cruel decirlo, y es cierto, pero créeme, lo digo por una razón y te lo voy a explicar. Este es un tema que puede pasarse por alto, pero, si estás entrenando con un propósito, puede ser muy importante. Para la mayoría de las personas, esto no es un problema o no debería serlo.

Si consideran el ejercicio físico como un momento de esparcimiento, entretenimiento o esparcimiento. Un espacio donde solo quieras divertirte y hablar de trabajo, relaciones familiares, amigos, etc.

Pero, ¿qué pasa cuando quieres obtener algunos resultados de entrenamiento? Cuando ha mencionado la pérdida de peso, o simplemente ha estado haciendo ejercicio toda su vida, y ha tenido cierto rendimiento.

Entrenamiento
El compañero de entrenamiento ideal

El compañero de entrenamiento

Es necesario hilar fino cuando estas en esta situación, porque en este caso, el compañero de entrenamiento juega un papel un poco más importante.

No oficiará únicamente de “apoyo sentimental”, sino que también puede ayudarte a lograr los objetivos que te has propuesto o directamente retrasar tus avances.

Cuando comienzas un plan de ejercicios seguramente en mayor o menor medida. Te empiezas a cuestionar quien va a ser la persona con la cual compartirás la sesión de ejercicio, durante algún tiempo.

Buscas a esta persona por cercanía o por confianza y te dispones a recorrer juntos este nuevo desafío. Muchas veces fluye sin problemas, existe buen entendimiento. Ambos se han comprometido con el proceso y todo está bien. Algunas veces te encuentras al lado de una persona que no es constante, que no tiene palabra o que simplemente su vida es demasiado compleja.

Aquí empiezan los problemas relacionados con que uno toma el tema con mayor seriedad que el otro. Comienzan a “fallarse” entre sí y los desacuerdos empiezan a entorpecer el normal desarrollo de la rutina.

Si bien estos problemas son recurrentes e incluso, se pueden generar una infinidad parecidos. Existen otros relacionados con lo estrictamente funcional y que afecta al logro de los objetivos. En definitiva, es a lo que me quería referir en este post.

Te invito a hacerte estas preguntas:

¿Qué pasaría si se diera la situación de que uno tiene mejor condición física que el otro?

¿Qué ocurriría si uno se detiene cada cien metros y el otro necesita seguir trotando, porque simplemente su cuerpo se lo pide?

¿Te imaginas esa situación?

Comprende que todos somos diferentes y el entrenamiento es individual

Todos tenemos ritmos diferentes y niveles de entrenamiento distintos. Inclusive, algunas personas son más tolerantes al esfuerzo que otras, es decir, pueden soportar más tiempo de trabajo sin agotarse.

El hecho de que uno deba detenerse para acompañar de alguna manera a la otra persona, es algo que perjudicaría enormemente el logro de sus objetivos. Desde el punto de vista de la obtención de los objetivos planteados esto no puede ocurrir, porque el entrenamiento debe ser individualizado.

Las cargas de entrenamiento en este caso: la intensidad, duración y volumen de entrenamiento deben estar acorde a cada persona, para que pueda lograr lo que sale a buscar. De lo contrario, ese día la persona que debió detenerse para ser solidario con su compañero. Simplemente salió a “recrearse”. ¡Cuidado! No digo que esté mal si así lo has elegido.

Es bueno y recomendable salir a despejarse, hablar de las distintas situaciones que se nos presentan. Lo que planteo es tener claro cuál es el objetivo que buscas.

Entrenamiento
Entrenamiento

Objetivos según intereses

Este tipo de situaciones sucede mucho en los gimnasios. Es allí donde convergen intereses muy diversos. Están aquellos que lo hacen para distraerse luego del trabajo y es muy respetable. También asiste aquel cuyo objetivo es aumentar de masa muscular y que no le interesa, si conoce otras personas en el proceso.

Por otra parte, está esa persona que toma el ejercicio como forma de vida y aquel o el que lo hace simplemente porque entiende que está bien hacerlo. Sin embargo, lo hace obligada/o porque no le gusta o no entiende nada sobre ejercicio físico.

En fin, existen muchas variables, pero lo que pretendo dejar claro es que siempre debes tener en mente qué objetivos tienen ambos. Intenta en la medida de lo posible proyectar, mirar a futuro y plantearte si realmente puede ser buena idea ejercitarse juntos.

Recuerda además que para que comiences a disfrutar del ejercicio este debe ser agradable. De lo contrario, lo comenzarás a rechazar. Además, al no tener estas cuestiones claras, puede pasar que comience a verse afectada la relación que tienes con tu compañero de entrenamiento, que muchas veces será tu amigo o un familiar cercano.

Así que ten en cuenta que para que realmente exista entrenamiento y obtener resultados, se deben respetar los procesos y los objetivos de cada uno.

Cómo elegir mi compañero de entrenamiento ideal

En muchas ocasiones no es fácil “elegir”, pero si pudieras hacerlo. Lo primero que tienes que ver es: si responderán al entrenamiento de forma similar, desde lo estrictamente fisiológico o funcional.

Lo segundo es saber si se pueden complementar. El apoyo psicológico es determinante para avanzar y lograr resultados.

Hay un tema que no es menor. Es el tema de las ayudas en los gimnasios. Si bien es necesario que tengas quien te ayude sobre todo si estas empezando, no recomiendo que te acostumbres a este tipo de ayudas.

Me refiero a que más allá o más acá, te puedes comenzar a limitar por este tipo de ayudas. Además, nunca sabrás con exactitud cuanto estas levantando realmente. Al no cuantificar no verás tus avances.

Asimismo, aquí aparece otro concepto que es el de tener siempre bien claro: ¿cuáles son las cargas que quieres manejar? y respetarlas. Generalmente se pide ayuda, cuando te sientes inseguro con la carga que vas a levantar.

Esto con respecto al compañero en el gimnasio, pero volviendo al tema; algunas veces puede ser buena opción realizar determinada parte de la sesión en conjunto y luego separarse. De esta forma, los dos persiguen sus objetivos, cada uno maneja sus tiempos y esfuerzos y nadie sale perjudicado.