Arisleida Alix, una joven de Barahona llena de sueños y esperanzas, tenía apenas 18 años cuando conoció a Pajita To, un hombre de 70 años que llegó a su vida prometiéndole el cielo.
Le juró amor eterno, una vida llena de lujos y la oportunidad de llevarla a los Estados Unidos para que nunca más tuviera que pasar necesidades.
Ella, creyendo en sus palabras, dejó atrás su juventud y todo lo que amaba.
Se casó con él y dedicó los siguientes siete años a cuidarlo, amarlo y ser su mayor apoyo.
Aguantó burlas, chismes y críticas, convencida de que todo sacrificio tendría su recompensa.
Pero un día, Pajita To reveló su verdadera cara.
Vendió todo lo que tenían, transfirió su dinero a familiares desconocidos y, sin mirar atrás, la dejó sola.
Se fue a los Estados Unidos, cumpliendo su sueño… pero sin ella. Arisleida quedó sin hogar, sin ahorros y con el corazón destrozado.
Hoy, en las calles de Barahona, Arisleida recuerda entre lágrimas cómo creyó en las falsas promesas de un hombre que se llevó no solo su juventud, sino también su fe en el amor.