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Ataque de pánico: ¿Qué hacer?

Los ataques de pánico son uno de los trastornos de ansiedad más comunes, justo después del síndrome de ansiedad generalizada y la fobia social. Se manifiestan por ataques repentinos de ansiedad severa, acompañados de síntomas como palpitaciones, mareos, dificultad para respirar, sudoración excesiva o miedo a la muerte.

Aprenda cómo puede lidiar con cuando ocurre un ataque de pánico.

¿Qué es un ataque de pánico? ¿Cuáles son las causas del trastorno de pánico?

Los ataques de pánico (trastorno de pánico, trastorno de pánico) es un tipo de trastorno de ansiedad caracterizado por episodios de ansiedad o miedo violento y severo, acompañados de síntomas somáticos y cognitivos. Tal incomodidad aparece repentinamente y aumenta rápidamente, la mayoría de las veces dura de unos pocos a varios minutos (no más de dos horas).

La ansiedad es paralizante e impide el funcionamiento normal, aunque es injustificada. Esto significa que no es causada por ningún evento o estímulo específico, realmente peligroso para el paciente.

Las personas que experimentan ataques de pánico a menudo son excluidas de la vida social o profesional activa. Pueden evitar lugares o situaciones que consideran potencialmente desencadenantes de ataques de ansiedad; como resultado, los ataques de pánico afectan negativamente la calidad de vida.

Las causas del trastorno de pánico pueden ser diferentes, pueden tener una base genética, ambiental y / o biológica (los ataques de pánico se combinan, m.in, con la disfunción dentro de neurotransmisores específicos y neuromoduladores en el sistema nervioso central).

Entre los factores que predisponen a la aparición de tales trastornos se encuentran, por ejemplo: eventos traumáticos que el paciente ha experimentado en el pasado, problemas de la vida como la enfermedad o la muerte de un ser querido o la experiencia de violencia, estrés crónico, uso de sustancias psicoactivas.

Ataques de pánico
Ataques de pánico

Ataque de pánico – síntomas

Según el DSM-IV, la clasificación de trastornos mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría, la ansiedad paroxística severa se acompaña de al menos cuatro síntomas somáticos o cognitivos. Entre ellos se encuentran:

  • mareos, sensación de desmayo inminente
  • Náuseas
  • dificultad para respirar, dolor en el pecho
  • captaciones de sudor
  • temblor de brazos y/o piernas
  • aumento de la frecuencia cardíaca, Palpitaciones
  • Dificultad para respirar
  • xerostomía
  • miedo a la muerte
  • una sensación de peligro inminente
  • el deseo de escapar

¿Qué hacer durante un ataque de pánico? ¿Cómo lidiar con él?

Cuando sienta que se acerca un ataque de pánico, busque un lugar seguro y pacífico donde pueda sobrevivir a la convulsión y calmar sus pensamientos y cuerpo, si es posible. Siéntese o acuéstese. Si estás con alguien de confianza, infórmale sobre tu afección y pídele ayuda. También puede enviar un mensaje o llamar a alguien cercano a usted.

Además, durante un ataque de pánico vale la pena:

Concéntrese en su respiración: inhale lentamente por la nariz, contenga la respiración por un tiempo y luego exhale tranquilamente por la boca. Repita este proceso, centrándose en la respiración uniforme, trate de controlarlo.

Trate de identificar qué causó el ataque de pánico (qué pensamiento, sentimiento, situación) – trate de racionalizarlo.

Concéntrese en una actividad que aleje los pensamientos negativos; por ejemplo, puede comenzar a contar hasta 10 o nombrar los colores que están alrededor.

Evite los intoxicantes: no busque alcohol u otros estimulantes durante o después de un ataque de pánico. Estos pueden empeorar sus síntomas.

Ataques de pánico – tratamiento

Si experimenta el primer ataque de pánico en su vida, vale la pena consultar a un médico (primer contacto o psiquiatra) o un psicólogo. El apoyo profesional puede ayudarlo a comprender las causas de los ataques de ansiedad y aprender estrategias de afrontamiento efectivas.

En el tratamiento de los ataques de pánico, la farmacoterapia y la psicoterapia se utilizan con mayor frecuencia simultáneamente (la terapia cognitivo-conductual se considera uno de los métodos más efectivos de psicoterapia para las personas que luchan contra el trastorno de pánico).

Los fármacos de primera elección incluyen antidepresivos del grupo de ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina), así como antidepresivos tricíclicos y ansiolíticos. En condiciones agudas, generalmente se recomienda el uso de benzodiazepinas. Estas preparaciones son solo con receta médica y deben tomarse bajo la estricta supervisión de un especialista.