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Rubby Pérez grabó “Volveré” en una madrugada inesperada

25 de abril de 2025

Santo Domingo.- Una madrugada transformó para siempre la historia del merengue dominicano. En el corazón de Haina, a las tres de la mañana, Rubby Pérez recibió una llamada urgente de Bienvenido Rodríguez para grabar un tema que no estaba en sus planes: “Volveré”.

Aquella grabación improvisada marcaría un antes y un después en su carrera y en el panorama musical del país.

Aunque no estaba previsto que Rubby interpretara la canción, aceptó el reto y grabó en un tono más alto del que acostumbraba.

Su interpretación sorprendió a todos por el impacto vocal que logró alcanzar. Este momento fue clave para que su nombre quedara grabado como uno de los grandes íconos de la música tropical dominicana.

Durante una conversación reciente, Ramón Orlando, reconocido músico y productor, compartió detalles inéditos sobre esta etapa de la vida artística de Rubby Pérez.

Recordó su paso por agrupaciones importantes como Los Hijos del Rey y cómo, más adelante, se consolidó como solista. Ramón fue testigo directo del talento de Rubby y lo apoyó como arreglista y guía en esa sesión crucial.

Lo de Rubby era una maravilla, una voz que se metía en el alma de la gente”, expresó Ramón Orlando.

Señaló que, aunque Rubby no tenía graves profundos, su fuerza se destacaba en los tonos altos, donde su voz brillaba con una potencia excepcional.

Ramón Orlando también mencionó que solo trabajó en dos temas clave con Rubby Pérez: “Volveré” y “Para que no me olvides”.

Posteriormente, el productor Sonny Ovalle fue quien estructuró el repertorio que cimentó el éxito de Rubby como solista. Temas como “Desnúdate mujer” y “Dame veneno” se volvieron parte fundamental de su legado musical.

Años más tarde, Rubby y Ramón Orlando volvieron a coincidir en una producción que revitalizó su carrera: “El Perro Ajeno”.

Esta canción, originalmente pensada para otro artista, encontró en Rubby la interpretación ideal para convertirse en uno de los éxitos más recordados del merengue en la década de los 2000. “El varón”, como lo llamaba cariñosamente Ramón, se identificó de inmediato con el tema.

Además de su talento, Ramón destacó la humildad de Rubby en el estudio. Según sus palabras, era un artista de ritual sencillo, sin excentricidades.

“Era el Superman de la J”, comentó entre risas, resaltando la pasión y entrega con la que Rubby asumía cada canción.

También habló sobre la relación de respeto y admiración entre Rubby Pérez y otros exponentes del merengue como Fernando Villalona.

Dijo que más allá de la competencia profesional, existía un lazo humano genuino entre ellos.

Desde aquella madrugada en Jaina hasta los grandes escenarios, Rubby Pérez no solo se ganó el aplauso del público, sino también un lugar especial en la historia del merengue.

Lo que comenzó como una llamada inesperada terminó siendo uno de los momentos más importantes de su carrera artística.

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