En una entrevista con el padre de una de las dos niñas asesinadas en la presa de Bao, expresó su profundo dolor y conmoción por la trágica pérdida.
El padre de una hija llamada Miguelina dijo que su familia vivía cerca de la presa y, tras enterarse del incidente, su madre y su abuelo buscaron desesperadamente a sus hijas.
Reciben la horrible noticia de que Miguelina ha desaparecido y, cuando llegan al lugar, encuentran a ambas niñas muertas.
El dolor y la frustración de la comunidad ante esta lamentable tragedia es palpable.