Presidenta de junta de vecinos afirma que Mota es conocido por inventar historias para beneficiarse.
Santo Domingo, República Dominicana. – “Ese señor siempre ha vivido de las mentiras”, declaró Vanessa Reynoso, presidenta de la junta de vecinos del Ensanche Altagracia, al referirse a Rafael Rosario Mota, arrestado recientemente por hacerse pasar por rescatista durante el colapso en la discoteca Jet Set.
Las declaraciones de Reynoso se suman al rechazo generalizado por las acciones de Mota, quien aseguró haber salvado vidas durante la tragedia, incluyendo a la periodista Elianta Quintero, afirmaciones que ya han sido desmentidas por las autoridades.
La presidenta comunitaria fue clara al expresar que en su barrio todos conocen a Mota como una persona con antecedentes de falsedad.
Según sus palabras, “aquí nadie le cree desde hace años, ha inventado de todo, incluso enfermedades y trabajos que nunca ha tenido”. Reynoso explicó que este patrón de conducta no es nuevo y que él ha intentado en múltiples ocasiones aprovecharse de eventos críticos para obtener beneficios personales o mediáticos.
El caso de Rafael Rosario Mota ha generado una fuerte reacción social, especialmente luego de que se descubriera que cobró por entrevistas en las que afirmaba haber ayudado a salvar a 12 personas.
No obstante, los informes oficiales indican que no estuvo presente en el lugar al momento del colapso, desmontando completamente su versión.
Vanessa Reynoso enfatizó la gravedad del engaño al decir que “lo triste es que usó una tragedia nacional para seguir su patrón de engaños. Lo que hizo no solo fue una falta de respeto a las víctimas, fue una burla al dolor del país”.
“A toda la gente que vive por aquí siempre dicen que él habla mentira. ”
Asimismo, hizo un llamado a que se investiguen otras situaciones en las que Mota habría intentado manipular a medios de comunicación o a distintas instituciones, señalando que podría tratarse de una conducta reiterada.
Mientras tanto, el Ministerio Público continúa con la recolección de pruebas para sustentar una imputación formal por difamación y suplantación, delitos que podrían derivar en sanciones legales importantes. Este caso pone en evidencia cómo algunas personas intentan sacar provecho de la solidaridad colectiva y el sufrimiento ajeno, generando un profundo malestar en la sociedad.
El rechazo social hacia este tipo de actos continúa creciendo, en paralelo con los avances de las investigaciones judiciales.