Rhoyer Hernández perdió la vida la noche del lunes 8 de abril mientras trabajaba como camarero en el establecimiento Jet Set, en Santo Domingo.
Aquel día no asistió para celebrar, sino que se encontraba cumpliendo con su turno habitual, como lo hacía siempre, con puntualidad y dedicación.
Una tragedia inesperada interrumpió su rutina y marcó el final de una vida dedicada al servicio con esmero.
Hernández era reconocido por su trato cordial, su eficiencia y la manera respetuosa con la que atendía a quienes lo rodeaban. Por estas cualidades, se había ganado el apodo de “El camarero de las Buenas Atenciones”.
Su carrera en el área de servicios incluía también su trabajo en el restaurante Jalao, propiedad de Antonio Espaillat. Con el tiempo, fue incorporado al equipo del Jet Set, donde laboró durante ocho años.
Su esposa, Jennifer Montero, lo describió como una persona alegre, inteligente y con un espíritu audaz. Destacó especialmente su papel como padre comprometido.
“Rhoyer tenía vocación de servicio. Él amaba lo que hacía. Así era también con sus amigos: amaba ayudar a los demás”, manifestó Jennifer, quien aún enfrenta la dura realidad de su pérdida.
En los días previos al incidente, Rhoyer había solicitado un permiso para celebrar su cumpleaños en familia. Jennifer relató que habían salido a acampar y compartieron momentos llenos de felicidad.
“Nos fuimos a acampar y la pasamos tan bien. Él estaba feliz, tomando café, se bañaba en el río. Estábamos felices”, recordó.
Tras conocerse la noticia del derrumbe, Jennifer inició una búsqueda intensa por diferentes centros médicos con la esperanza de encontrarlo con vida. Sin embargo, las expectativas se desvanecieron al recibir la confirmación de su fallecimiento.
“Yo no podía creerlo. Su mejor amigo, Harold, me miró y me hizo una seña… de que había vida”, relató.
Rhoyer tenía 33 años y deja atrás a un hijo de ocho. El niño, en su inocencia, aún no asimila la pérdida de su padre. “A veces me dice: ‘No, mami, mi papá no está muerto’, y me hace preguntas que no sé cómo contestar”, compartió su madre con profunda tristeza.
La muerte de Rhoyer Hernández ha provocado una gran conmoción entre quienes lo conocieron.
Su legado como profesional comprometido y ser humano solidario permanece entre familiares, amigos y compañeros de trabajo que lo recuerdan con respeto y afecto.



