Lamentamos profundamente los hechos traumáticos ocurridos a la joven María del Carmen Castillo en su casa del barrio Las Carmelitas. Es profundamente preocupante que su expareja ingresó a su domicilio y le provocó heridas en el rostro tras negarse a regresar con él.
La violencia doméstica es una realidad impactante, con consecuencias que afectan no sólo a la persona directamente involucrada (María del Carmen Castillo en este caso), sino también a quienes la rodean, incluido su hijo de 12 años, quien lamenta presenciar este horrible acto.
Es importante resaltar la valentía de María del Carmen al compartir su experiencia, porque hablar de violencia puede ser el primer paso para encontrar ayuda y justicia.
Autoridades y profesionales capacitados deben intervenir para garantizar la seguridad de María del Carmen y su hijo y abordar el comportamiento violento de su expareja.
La violencia de género es un problema grave que requiere atención y acción inmediatas. Esperamos que María del Carmen y su hijo reciban el apoyo necesario para superar esta difícil situación y que se tomen las medidas adecuadas para protegerlos de futuros riesgos.
La concienciación sobre la violencia doméstica y el acceso a recursos de apoyo son fundamentales para prevenir tragedias similares en el futuro.
