Santo Domingo – En medio de la tragedia provocada por el colapso del techo de la discoteca Jet Set, un joven atrapado bajo los escombros logró enviar un mensaje de voz a su padre, lo que se convirtió en una pieza clave para que los rescatistas pudieran localizar su ubicación.
Este gesto valiente y lleno de esperanza ha emocionado a toda la comunidad que sigue con atención cada avance en las labores de rescate.
El derrumbe ocurrió en la madrugada de este martes, dejando al menos 27 personas fallecidas y 101 desaparecidas, según las cifras más recientes ofrecidas por las autoridades.
En el caos, la voz de un joven, cuya identidad no ha sido revelada, marcó un momento de esperanza cuando logró comunicarse con su padre desde el lugar donde había quedado atrapado junto a varios familiares.
“Papi, estoy vivo. Estoy con tío y los primos. No podemos movernos… pero estamos aquí. Por favor, ayuden”, expresó en el audio que, entrecortado, pero claro, llegó a los oídos de su padre, quien no dudó en compartirlo de inmediato con los equipos de emergencia que trabajan en la zona afectada.
Gracias a ese mensaje, los rescatistas pudieron enfocar sus esfuerzos en el área que el joven describió.
Esta acción rápida permitió aumentar las posibilidades de rescatar con vida tanto al joven como a sus familiares.
La precisión del mensaje fue vital, ya que en muchas zonas aún no se ha logrado acceso completo debido a la inestabilidad de la estructura colapsada.
La historia ha conmovido a muchos, no solo por la valentía del joven, sino también por la importancia de las tecnologías de comunicación en situaciones de desastre.
En un entorno donde cada minuto cuenta, un simple mensaje de voz puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Las autoridades han reiterado que las labores de búsqueda continuarán sin descanso, y han pedido paciencia a los familiares que esperan noticias sobre sus seres queridos.
Mientras tanto, el país entero sigue atento, con el corazón en vilo, esperando más historias de rescate y recuperación.
El mensaje del joven se ha convertido en símbolo de la esperanza que aún persiste en medio del dolor, y del amor familiar, que impulsa actos de valentía, incluso en los momentos más oscuros.

