Garbi Santos de los Santos, conocido en la comunidad como “El Guardía”, fue 4s3sin4d0 por residentes del sector 5 de abril luego de que presuntamente fuera sorprendido 4bus4nd0 de un m3n0r de edad en la zona de la cañada de Velásquez.
Según los reportes iniciales, el acto de vi0l3nci4 comunitaria se desató tras la indignación colectiva que surgió cuando se descubrió lo que estaba sucediendo.
El menor, afectado y asustado, confesó a su madre que Santos de los Santos ya había 4bus4d0 de él en aproximadamente cuatro ocasiones previas, lo que generó un ambiente de tensión y desesperación en la familia y los vecinos.
La comunidad, conocida por enfrentar con severidad cualquier tipo de abuso o crimen que afecte a sus miembros, actuó de inmediato, llevada por la indignación y la falta de confianza en las autoridades locales para responder de manera rápida y efectiva ante un crimen tan grave.
Este linchamiento es un reflejo del clima de frustración y desesperanza que se vive en muchas zonas marginadas del país, donde la percepción de inseguridad es alta y los ciudadanos, al sentirse desamparados por las instituciones judiciales y policiales, optan por tomar la justicia en sus manos.
Aunque se trata de una respuesta violenta y fuera de la ley, estos actos revelan la enorme brecha entre las necesidades de protección de las comunidades vulnerables y la capacidad del Estado para satisfacerlas.
