Con profundo pesar lamentamos el trágico fallecimiento de nuestra querida prima Edita Peña, sierva de Dios. Edita, una mujer de corazón noble y una guerrera dedicada a su fe y a su familia, falleció repentinamente entre nosotros debido a un infarto repentino en su residencia en la comunidad de Villa Betania en Sousa.
Su muerte ha dejado un enorme vacío en nuestras vidas, recordándonos su inquebrantable devoción por los valores espirituales y su amor incondicional por sus seres queridos. Edita era más que una simple prima; Fue un faro de amor, compasión y devoción.
Durante estos tiempos difíciles, nuestro más sentido pésame para todos aquellos que compartieron la alegría de conocer y amar a Edita. Que encuentren consuelo en los recuerdos compartidos y en el legado de amor y bondad que dejó. Oramos para que Dios conceda paz a su alma y le dé a su familia la fuerza para soportar esta dolorosa prueba.
La pérdida de Edita nos enseña a valorar cada momento y a apreciar la belleza efímera de la vida. Que su memoria perdure como inspiración para vivir con propósito y amor, honrando su legado y celebrando la luz que irradió en este mundo. En estos momentos de tristeza, encontramos consuelo en la esperanza de que Edita ahora descansa en paz en el abrazo eterno de nuestro Creador.
