Josefina García solía escribirle a su hijo Carlos Daniel Henríquez García todos los días, por lo que le pareció extraño que su hijo, de 44 años, no respondiera sus mensajes.
Preocupada, decidió el 22 del pasado mes dirigirse a su residencia en el edificio Leuris, ubicado en el kilómetro 14 de la autopista Duarte.
Al llegar, encontró las puertas abiertas y, en la habitación de su hijo, las paredes salpicadas de s4ngre. El cuerpo de Carlos Daniel yacía arropado con una colcha al borde de la cama, presentando múltiples her1das de arma blanca.
Josefina afirma que, el día de los hechos, las autoridades tomaron pruebas de los rastros de s4ngre y las huellas en la pared. Sin embargo, ahora le han informado que no cuentan con los instrumentos necesarios para determinar quién cometió el crimen, y que las cámaras de seguridad del lugar están dañadas.
“Supuestamente ellos no tienen los aparatos para sacar las pruebas. Si ellos no tienen con qué sacar las pruebas de quién m4tó a mi hijo, entonces ¿para qué se llevan las evidencias?”, indica Josefina.
Según consta en la denuncia presentada en la Fiscalía de Santo Domingo Oeste, al occiso le sustrajeron de su vivienda un iPhone 15, una cartera con documentos personales, una computadora portátil, una cadena, aretes y un guillo de oro, una tableta, un candado y la llave de la casa.
El día del suceso, Josefina llamó a las unidades de emergencia, y el Instituto Nacional de Ciencias Forenses acudió para retirar y examinar el cadáver.
Desde entonces, la fiscal Angelina Vicioso de la Fiscalía de Las Caobas y el mayor Agüero no han proporcionado respuestas sobre el caso.
Carlos Henríquez se dedicaba a la compra y venta de muebles y llevaba viviendo en el edificio Leuris aproximadamente cuatro años. Su madre explica que nunca tuvo enemistad con nadie y que “se llevaba bien con todos los vecinos”.
Los familiares de Carlos Henríquez exigen justicia a las autoridades pertinentes para que el caso no quede impune y se esclarezca el homicidio de su ser querido.
