Desde temprana edad, la sabiduría popular insiste en no ignorar el instinto materno, una lección que quedó dolorosamente clara para la familia de Ana Leticia Cuello Heredia tras un tr4gic0 4ccid3nt3.
El día del accidente (viernes), su madre, sumida en un profundo pesar, recordó entre lágrimas la advertencia que le hizo a su hija la noche anterior al accidente, pidiéndole que no saliera de casa debido a un mal presentimiento.
Ana Leticia, de 38 años, y su pareja Guillermo Peña Márquez, de 35, perdieron la vida la madrugada del viernes cuando el vehículo en el que viajaban chocó y se incendió frente al Centro Olímpico en el Distrito Nacional.
La colisión fue tan severa que el cuerpo de Ana Leticia quedó mut1l4do, mientras que Guillermo, piloto de la aerolínea dominicana Sky High, sufr1ó quemaduras que lo dejaron irreconocible.
Ana Leticia había regresado recientemente a la República Dominicana desde los Estados Unidos, donde residía, para pasar unas vacaciones junto a sus tres hijos, fruto de su relación con Guillermo. Estos niños, de 12, 8 y 7 años, ahora enfrentan la difícil realidad de haber quedado huérfanos.
Las circunstancias exactas del accidente aún no han sido esclarecidas, y los cuerpos permanecen en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), donde se esperó fueran entregados a sus familias la tarde del viernes.
Se ha dispuesto que Guillermo sea sepultado de inmediato, mientras que el velatorio de Ana Leticia se llevará a cabo hasta hoy.
