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Carmen Joselin de la Cruz

26 de marzo de 2024

Carmen Joselin de la Cruz, madre de un recluso de la Penitenciaría Nacional La Victoria, gritaba desesperada por el paradero de su hijo tras el trágico incendio que destruyó el penal hace una semana.

En medio de la incertidumbre, la señora de la Cruz, residente en Santo Domingo, reveló que aún no sabe si su hijo está vivo o muerto en el incidente que cobró la vida de al menos 13 personas y obligó a trasladar a unos 1.800 prisioneros. «Sólo quiero saber sobre mi hijo.

Dime si todavía está vivo o si murió en el incendio. Quiero aceptar la voluntad de Dios», dijo con voz dolorida.

De La Cruz señaló que a pesar de sus esfuerzos por obtener información, las autoridades les proporcionaron datos contradictorios sobre el paradero de los reclusos. «El martes me dijeron que estaba en El Pinito de la Vega, fui y me dijeron que no estaba».

En una historia desgarradora, la madre dijo que no ha tenido noticias de su hijo, quien solía mantenerse en contacto con ella por teléfono, desde el fatídico incidente. «Soy una mujer enferma pero tengo que venir porque es mi hijo», añade visiblemente afectada.

Fuera de la prisión, el paisaje es desolador. Los familiares buscaron respuestas en los alrededores, algunos llevaban comida y ropa, otros miraban el horizonte con la esperanza de encontrar una solución divina.

Entre estos desgarradores relatos destaca el de María García, quien denunció las condiciones inhumanas a las que eran sometidos los prisioneros. «Los prisioneros se mueren de hambre», afirmó.

Además, explicó desesperada que estas restricciones le impedían proporcionar comida a su hijo. “No me dejan pasar la comida a menos que esté cocida”, lamentó, destacando la situación de impotencia de los presos, incluido su propio hijo, que no tenía ropa ni zapatos.

Carmen Joselin de la Cruz
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