HATO MAYOR.– En la humilde comunidad de Mata Palacio, Hato Mayor, florece una joven cuyo espíritu de superación no conoce límites.
Andry Santana, de apenas 18 años, se ha convertido en un símbolo de esperanza y determinación, dejando una huella imborrable en cada desafío que enfrenta.
Con su mirada fija en un objetivo que trasciende fronteras, Andry brilla en las aulas, donde sus calificaciones la destacan como una alumna sobresaliente.
La joven también ha acumulado una impresionante colección de medallas y premios que reflejan su incansable esfuerzo y dedicación.
Pero más allá de estos logros académicos, late en el corazón de Andry un sueño que la impulsa a desafiar los límites de lo posible: convertirse en la próxima Marileidy Paulino. No en las pistas de atletismo, sino en el escenario del idioma.
Inspirada por la grandeza de la campeona olímpica, Andry anhela representar a la República Dominicana en competencias internacionales de idiomas, elevando el nombre de su país con el poder de la palabra.
Quienes la conocen, la describen como una joven ejemplar, cuya pasión y determinación son contagiosas. Sin embargo, como en toda gran historia, Andry enfrenta un obstáculo que podría truncar su sueño.
